jueves, 26 de mayo de 2011

LA MANCHA DE OXIDO SOBRE EL GRIS DESCOLORIDO

Por las noches una vez se dormían los niños era cuando me dedicaba a hacer labores. En el silencio ya en la madrugada, escuchaba como un golpeteo continuado y como si arrastrasen pequeñas piedrecillas en el suelo, tic...,tic. Tic...tic; estos extraños ruidos me sobrecogían y hacían que me marchara a la cama.
Mis vecinas del piso de abajo se quejaban constantemente de que le aparecían en la bóveda del comedor unas manchas y me recriminaban que yo al fregar no recogía bien el agua, y que esta humedad al estar en contacto con los hierros del encofrado de la estructura del edificio se oxidaban. Yo me defendía de la mejor manera posible y quería que comprendieran que tanta agua no usaba para fregar como para que se calase el techo y que además procuraba quedar el suelo lo más seco posible, y sobre todo que como mi mesa camilla era muy grande y la tarima muy pesada, normalmente no fregaba a diario por debajo. Aun así, eran cada vez más numerosas las manchas, a las que no encontrábamos explicación.
Por problemas de salud tuve que estar fuera de casa más de un mes y cuando volví, ellas me pidieron disculpas toda vez que habían comprobado que a pesar de mi ausencia las manchas seguían aumentando; a esto tendríamos que buscarle una solución y para ello hicimos venir a un albañil el cual descubrió la bóveda y allí estaba el problema, se encontró con varias camadas de ratas que tenían sus nidos entre las bovedillas, le puso veneno y, el misterio quedó aclarado.

1 comentario:

  1. Amgia Teresa:
    Me gustan estas escenas cotidianas narradas con tanto encanto y sencillez, no sin un cierto tono de humor.
    Enhorabuena, amiga.
    Un abrazo, Antonia

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