miércoles, 10 de junio de 2009

SUEÑO DISTANTE CON EL VIENTO

Que toda la vida es sueño y los sueños...,sueños son.
CALDERÓN de la BARCA.


Aquella tarde, como tantas otras, nos fuimos a Villa Romaria(que osadía llamarla villa). Era principios de otoño y el sol todavía calentaba bastante; el paisaje que se divisaba era precioso, los árboles con sus ocres- amarillos y verdes secos; la hierba entre pajiza y verde, pues ya habían caído las primeras lluvias y la tierra estaba deseosa de mostrarnos sus semillas germinadas.
Encendí el equipo de música, me había traído tres cintas de cassette, una de Vivaldi "Las Cuatro Estaciones", otra de Francisco Jiménez, en la que expresa todo un mundo de sentimientos en su arpa paraguaya y la tercera del gran compositor y creador de boleros Alberto Cortez (no sabe bien la persona que me regaló esta música cuan agradecida le estoy).
Abrí el libro que estaba leyendo "El Clan del Oso Cavernario", me senté cómodamente,pulsé la tecla de play y la música envolvió el ambiente.
No habrían transcurrido más de veinte minutos, cuando se levantó un fortísimo viento y una gran nubarrada descargó una copiosa lluvia.
Pensé que la lluvia calmaría al viento, pero no fue así, éste seguía creciendo de tal forma que cerró con gran estrépito la puerta de la calle. Las ventanas chirriaban sin parar las pobres estaban un tanto viejas y sus goznes necesitaban ser cambiados.
Una gran desazón empezó a apoderarse de mí, mí esposo se había marchado a dar su habitual paseo y temía por él.
Tuve que encender el Lumo-gas, ya que la luz eléctrica se había averiado, la suerte estaba en que el radio-cassette también funcionaba a pilas y afortunadamente las llevaba recién cambiadas y podía continuar escuchando la música y ¡OH PARADOJA!,precisamente sonaba la estación del otoño.
Me ponía nerviosa el continuo y machacón chirrido de las ventanas, traté de cerrarlas pero resulto imposible, el aire tenia mas fuerza que yo, la lluvia entraba por ellas y me estaba poniendo empapada.
Tenía mucho miedo y para calmar mi angustia y relajarme empecé a pensar cosas agradables y recordé cuando tuvimos la suerte de que nos tocara el SUPER CUPONAZO DE LA O.N.C.E., ya no nos podrían llamar ilusos por tener una ilusión; siempre claro está, nosotros supiéramos hacer buen uso de esta fortuna para que no nos tuvieran que llamar NECIOS.
Después que hicimos un reparto equitativo a nuestros hijos, hermanos, parientes etc., colaboramos con Médicos Mundí y otras O.N.G.S., y claro está no podía ser de otra manera, hicimos participe con nuestro apoyo a nuestro querido y maltrecho Club Fútbol Extremadura.
Por fin podíamos viajar...,¡viajar nos gusta tanto! y ahora podríamos hacerlo sin agobio de dinero..,días o de épocas.
Empezamos por Europa, fuimos a París, visitamos Versalles, los Campos Elíseos, el Sacré-Coeur, Notre-Dame, subimos a la torre Eiffel, dimos un paseo por el Sena; visitamos el único café en el múndo donde los sordos pueden ser atendidos en su propia lengua de signos.
De Francia a Italia, llegada al aeropuerto de Fiumichino de Roma. Primera visita la Plaza de San Pedro. Era miércoles, día en que su Santidad el PAPA tiene audiencia pública y pudimos seguir con El el rezo del Ángelus(para nosotros fue un acto muy emocionante).
Visitamos las Catacúmbas y allí saludamos a dos magníficos paisanos, el hermano Martín Díaz y el padre Claretiano Jesús-Mª Palacio que fueron nuestros cicerones y que con su amabilidad innata nos dieron toda clase de facilidades y explicaciones.
Fuimos a Milán y Florencia; son ciudades impresionantes por la cantidad de bellezas que encierran, tanto arquitectónicamente,como en museos, palacios,monumentos etc., no en vano a Florencia se la llama la Atenas de Italia. Estuvimos en Pompeya en la región de Catania, allí sólo paseando se puede comprender la vida de sus antiguos moradores, ha sido una suerte para los que vivimos en el siglo XXI que esta ciudad fuera sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.c., y después de estar enterrada mas de 1669 años, poder contemplarla tan bien conservada.
Dejamos para el final Venecia es una ciudad "PARA SOÑAR". hicimos un recorrido en góndola escuchando los sones de¡Oh solé mio!, eso es ¡INEXPLICABLE!.
Nuestro próximo destino Grecia. Que placer conocer Olímpia sede de los primeros juegos olímpicos de la antiguedad en honor al Dios ZEUS. En Atenas visitamos el templo construido a principios del siglo II a.c., dedicado a Zeus Olímpico y es aquí en esta ciudad donde dieron comienzo los juegos olímpicos de la era moderna.Visitamos la Acrópolis y el Partenón, los calificaría de DIVINOS. Fuimos al puerto del Pireo y presenciamos bailar el Sirtaki, esta vez amenizado por una orquesta que interpretaban los Niños del Pireo; recordamos a nuestros amigos griegos la Sra. Ana y el Sr. Dalidaki, tan enamorados de su país y que bien y con cuanta nostalgia lo bailaban cuando estuvieron en España y mas concretamente en Almendralejo trabajando en la desaparecida cooperativa Santa Ana preparando los pedidos de aceitunas al gusto de su país.
Hay tanto que ver y admirar en Grecia que prometimos volver.
Nos disponíamos a subir al avión que nos traería de vuelta a casa, cuando sonó un timbre de alarma muy persistente; creímos que sería para darnos algún aviso, pero a pesar de seguir sonando no se nos comunicaba nada. Nos miramos como presintiendo que aquella llamada fuera el presagio de algún inconveniente para nuestro vuelo.
¡Más, pobre de mí!. Como los cuentos son cuentos y todos tienen su FIN, era mi despertador con su intrépido RIN......RIN, el que me había despertado de este SUEÑO TAN FELIZ.

Relato publicado en la revista La METÁFORA de la Asociación Cultural Ventana Literaria del año 2006.

miércoles, 3 de junio de 2009

ROMANCE DE LA EXCURSIONISTA "IRREFLEXIVA"

MARIA TERESA: Le celebro admirado su relato titulado "IRREFLEXIÓN",publicado en la revista "LA METÁFORA" Nº 2, páginas 42 y 43, del año dos mil dos.
Acontinuación le pongo las fantasias que me ha ido inspirando su lectura, en una rima ROMANCE.



La niña ya hecha mujer
se vió aquel dia en el riachuelo
su cuerpo esbelto de atleta
y como juncos enhiestos,
crecieron sus fantasías
en aquel chorro de espejos.
Harta de ingenuos paisajes
le dio un ataque de tedio,
entre las cuatro paredes
de su castillo de sueños;
y cuando se hubo curado
resolvió de mutuo empeño
que cambiaría el decorado
de aquel vergel mañanero,
para andar algo de Mundo
aún a costa de algun riesgo.
Atisbando por caminos
trochas o simples senderos,
que llevan a la montaña
y al horizonte del Cielo,
ya que aún no sabia soñar
con los caminos de hierro.
Se preparó una excursión
a solas con su denuedo,
su chándal, sus deportivas
y su mochila de sueños;
"el triste dolor de un ave
de apasionado revuelo",
le embrujó su decisión
conforme se iba atreviendo
a conquistar con bravura
su gran montaña de Cielo.
Absorta con el paisaje
la sobrecogió de nuevo
"el grito de dolor de ave
de apasionado revuelo";
con el alma algo alarmada
se preguntó aquel misterio,
pero prosiguió adelante
con su entereza y su genio
por entre el fragor del monte
campo a través ascendiendo,
para coronar cuanto antes
la cúspide de su empeño.
En tanto, una sed ardiente
empezó a darle tormento
y aventuró si el ave
de aprisionado vuelo,
sería, en sus soledades
de agobiante silencio,
un elfo o duende montañés
gafe,torvo y travieso;
o acaso un trino de terror
de ave de mal agüero.
¡Haberse ido esta niña
sin agua ni sombrero!
a un monte tendido al Sol
y reseco como un leño.
Sacó fuerzas de flaqueza
al bajarse el descenso,
ya el corazón varado
y petrificado el cuerpo.
Me parece que adivino
tras su feliz regreso,
quer era su Ángel de la Guarda
con su "aprisionado vuelo"
aquel grito "dolor de ave"
que le había ido siguiendo.
He visto en mi fantasía
sus huellas en el sendero,
y un monte policromado
reflejándose en su pelo;
y no tan irreflexiva, no,
pues ya la guardaría el Cielo
andando por las montañas
entre aromas a romero.
Para rosas sus mejillas,
verdes, solo los del suelo,
en el pinar, en los pinos
o en los juniperos tiernos;
y el resto de los colores
se hicieron color de fuego
sobre su figura inmensa
abrasándola siniestros,
de sed, acaso de amores
o de una sed de desierto.

JUÁN VALERA. Granada, 25 de enero de 2.003