domingo, 28 de marzo de 2010

DARTE

Hoy te donaré mi verso
para TI, dulce amor mío,
está caminando el río
hacia la mar inconclusa.
Yo conocí TU destino
rompiente y demoledor
ya no seremos los dos
pues nos falta un afluente,
lo desvió la corriente
negándole ser caudal
para internarse en la mar
descansando eternamente.

"Cuando nuestras lágrimas hayan alcanzado la orilla del mar, aún tu vivirás en mi".

domingo, 21 de marzo de 2010

POSÓ SU MANO EN MI HOMBRO

Recordando su origen,el miedo no se volverá
a producir, porque elimanarás el recuerdo.
ANTHONI DE MELLO.
¿Qué es el miedo?
Miedo. (Del lat.metus) m. Perturbación angustiosa del animó por un riesgo o mal que realmente amenaza o que se finge la imaginación.
Este fin de año fuimos a pasar unos días a Madrid; proyectamos visitar el museo del Prado, la Plaza Mayor y así lo hicimos, la visita a la puerta del Sol la dejamos para el día treinta y uno con objeto de estar presentes cuando el reloj marcase la entrada del Nuevo Año.
Nos aconsejaban nuestros familiares que ir hasta allí, precisamente este día, era una locura, ya que la aglomeración de gente da lugar a correr riesgos innecesarios, podrían quitarnos el bolso, robarnos la documentación y que, sobre todo; cuando veían a personas que enseguida se les nota que no son de la gran ciudad, éramos las victimas más propicias.
A pesar de estos, decidimos correr el riesgo y no quisimos perdernos la oportunidad( por si no volviamos a tenerla) de vivir este acontecimiento. Dejamos el bolso y la cartera en casa y nos llevamos en el bolsillo una tarjeta con nuestros nombres y la dirección donde estábamos alojados y algo de dinero - porque claro, sin dinero no puedes ir a ninguna parte.
Cogimos el metro en la estación del Carmen dirección Ventas, hicimos transbordo línea Sol.
Notaba que, ya dentro del vagón, una persona se fijaba en mí persistentemente. Me decía así misma que muchas veces da la sensación de que estamos mirando al objeto que tenemos delante y no es cierto, pues la imaginación está en otra parte. ¿No os ha pasado a vosotros alguna vez?
Claro como tú vas cargada de tantas advertencias, - no entabléis conversación con desconocidos; si veis a alguien caído aunque os de pena no vayáis solos a ayudarle porque puede ser que se ponga a gritar y diga que le habéis querido robar etc..., quieras que no, te hace estar a la defensiva; cierto es que el miedo no es algo imnato sino aprendido.
No obstante esta persona seguía mirándome pero de una forma extraña, abstraído, como buscando una imagen; yo ponía la vista en otro lado, pero por el rabillo del ojo lo observaba y seguía en su actitud.
Llegamos a Sol y salimos a la Plaza Mayor, estuvimos viendo la puerta del Sol a la que estaban ultimando los preparativos porque eran ya las nueve de la noche y volví a ver a esta persona bastante cerca.
Caminamos hacía Plaza Mayor y él caminaba; incluso percibía que intentaba no perdernos de vista, tanto es así que si yo apretaba el paso, también él lo hacia, ( esto se estaba pasando del castaño al oscuro) qué situación, qué insegura me sentía... que angustia.
Trataba de sosegarme, ¡calma..., calma mujer!, vosotros solos no estáis en la calle, él puede llevar el mismo itinerario. De vez en cuando, miraba para detrás, no tanto por ver si venía mí marido, como por ver si había desaparecido, pero nada, no había manera ALLÍ SEGUÍA; me entraban ganas de salir corriendo y en algún momento quise cambiarme de acera: pero claro, tendría antes que avisar a Benito que venía un poco rezagado, porque lo que de ninguna manera tendríamos que hacer era separarnos el uno del otro.
Y allí estaba, y venía, y me seguía. No se me arrimaba lo que se dice la camisa al cuerpo. Me estaba arrepintiendo de haber salido y puedo asegurar que esta noche ( si es que salgo de ella) no va a olvidarse en la vida. ¡AY, Dios mío!
Siento que me ponen la mano en el hombro.¡AY, mi MADRE, YA CAI!. Me pongo a morir..., me quedo petrificada..., un sudor electrizante me recorre el cuerpo;( habría que ver mi caras en esos momentos). Y oigo que me dicen.-¿Te llamas Mari-Tere?, ¿no eres la hija del Sr. Antonio el de la botica de Maguilla?
Con un hilo de voz pregunto ¿Vd., quién es ?
"No te acuerdas claro, hace tantos años, yo soy Manolo, el hijo de Petra la panadera, vivo en Madrid y mi casa está en la siguiente calle".
Publicado en la revista número 9 de la METÁFORA, presentada el día 5 de marzo de 2010




martes, 9 de marzo de 2010

FREYA

C antando a la tristeza
I nfatigable busqueda
E nmudece y fascina
L evitando en el viento
O radando el SILENCIO.

C ielo libre de nubes
L igera, más fuerte roca
A pasionada, amable
R osa azul para el poeta
O nice chispeante sus ojos.

F ascinan tus encantos
R isa peremne tu boca
E sencia de ti misma
Y ASI TE QUIERO
A VANTE, SIEMPRE AVANTE.

miércoles, 3 de marzo de 2010

SILENCIOS


Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejandote, mariposa en arrullo...,
Pablo Neruda


Existen tantos silencios en mi vida que tomo la decisión de coleccionarlos; para ello adquiero una urna de las que se usan en las votaciones pues al ser muchos, no cabrían en una caja cualquiera.
Ya desde bien temprano deposito el SILENCIO del saludo,pues temo molestar en su descanso a la persona a la que va dirigido.
Introduzco la callada por respuesta del SILENCIO administrativo,pues a pesar del tiempo transcurrido aquel asunto sigue sin resolver.
Guardo SILENCIO cuando, una vez dentro de la bañera compruebo que no tengo agua caliente al haberme olvidado encender el calentador de gas,¿a quién pedir ayuda?.
Prefiero SILENCIAR el mal trago que pasé el otro día cuando se me quemó la comida y me digo:"mientras menos se sepa mucho mejor".
Observo cómo baila al caer la papeleta del SILENCIO de esa llamada telefónica, a pesar de su bla...,bla, no logro que me haga confidente de lo que calla."Deja que me hable tu corazón,siempre es más llevadero el dolor compartido".
Como no me gusta que me llamen retrógrada decido SILENCIAR la opinión que tengo de esa cuestión:"en boca cerrada no entran moscas".
SILENCIO por cobardía la palabra amable...,la respuesta coherente.
En la urna está el SILENCIO de la noche pasada en duermevela, el de mi enfermedad, el de mi preocupación, el del secreto que me fue confiado.
Colecciono SILENCIOS de saludos al cruzarme con otros por la calle, el de aquél que, en algún grupo, mira hacía otro lado para no dirigirme la palabra.
Como dice una cita de Shmitzer:No me importa lo que digas, pero me gusta cuando me hablas sin cesar, aunque solo sea para evitar que entre nosotros se extienda el SILENCIO.
Publicado en la revista nº 7 LA METÁFORA.