miércoles, 27 de mayo de 2009

RECUERDOS


Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla.
ANTONIO MACHADO

Una vez que mi madre dio a luz a mi hermano el pequeño y que mi hermana mayor tomara su primera comunión, nos trasladamos como estaba previsto hacia un nuevo destino.Destino éste que sería el paso de nuestra infancia hasta la adolescencia.
Recuerdo que era una tarde -noche del mes de junio y mientras mis padres recibían los saludos de los que ahora serian nuestros nuevos vecinos, mi hermana y yo nos dispusimos a inspeccionar la casa.
Como dice Josefina R. Aldecoa en su libro Historia de una Maestra:Una vida la recuerdas a saltos a golpes. De repente te viene a la memoria un pasaje y se te ilumina la escena del recuerdo.Pues bien, esto es lo que me pasa a mi en cuanto si la casa era muy grande o pequeña, o de si tenia muchas habitaciones o pocas porque pierdo la escena. Por el contrario mi impacto fue el Patio, nada más traspasar la puerta de la cocina que nos separaba de él, pudimos observar un árbol del que mas tarde supimos se trataba de un Lilo de flores blancas.
Su tronco demasiado alto para ser arbusto de esta especie lo era porque se encontraba en la parte más umbría del patio(que sabia la naturaleza), sus ramas tenían que buscar la luz del sol; no obstante esta humedad la aprovechaban las hortensias para mostrarnos sus bellísimos ramos de flores.
A la izquierda estaba un Saúco que como el Olmo de Machado había sido hendido por el rayo,toda vez que estaba sembrado en la pozeta donde iba el cable a tierra del pararrayos, pero a pesar de estar muy mal herido una de sus ramas florecía cada año.
De frente una muy bien formada palmera canaria con sus piñas de flores sin polinizar.
Un embriagador aroma de azahar nos envolvía atrayéndonos como en arrebato hacia donde se encontraba el objeto de aquel perfume.
Seguimos un poco más adelante y descubrimos a un Sensual y Señorial limonero cargado de flores y frutos.
Nos miramos las dos y nos pareció vivir un cuento de las Mil y Una Noche. La pena fue cuando nos dimos cuenta que este árbol no nos pertenecía pues sus raíces y tronco estaban anclados al otro lado de la tapia:PERO NADIE NOS PODRÍA PRIVAR DE ESTA MAGNIFICA RAMA QUE PREFIRIÓ VIVIR EN EL NUESTRO".
Cuánto daría por poder ver todo, con los mismos ojos de la NIÑA que en aquel PATIO fui.

Este relato fue publicado en la revista LA METÁFORA de la ASOCIACIÓN CULTURAL VENTANA LITERARIA en el año 2.003

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